7.13.2013

Cómo sobrevivir a 15 días sin Televisión

Ya, ya sé que os debo una segunda entrega de una entrada de este blog que estáis esperando con verdadera ansia, no se me ha olvidado, ya llegará, pero dejadme que os dé un decálogo básico para poder afrontar, con ciertas garantías, ese período de la vida rutinaria que los más osados llamáis vacaciones. 

Sí, a todos nos gusta la idea de hacer un parón en nuestras actividades diarias, de tomarnos un respiro de nuestras obligaciones cotidianas, de cambiar el landscape de nuestro día a día aunque sólo sea por un par de semanas pero, en fin, bien mirado incluso eso resulta rutinario, ¿no? Fijaos que los hay incluso tan 'masocas' que eligen el mismo lugar de vacaciones todos los años... No os digo más.

Pero a lo que iba, que me voy del tema, el caso es que estamos tan acostumbrados a nuestro día a día que incluso en vacaciones repetimos los mismos patrones: el que madruga, madruga también en vacaciones, el que es poco de gastar, gasta poco también en vacaciones, el que está enganchado a las redes sociales sigue contando sus vivencias en estas redes durante sus vacaciones, el que sigue la actualidad política o deportiva procura seguirla también en vacaciones y el que ve la tele (y a eso voy) se asegura de contar con un televisor en su destino vacacional. 


Bien, pues yo este año, tras varios períodos estivales sin vacaciones y después de haber reflexionado mucho sobre este empeño nuestro en no querer desconectar de nosotros mismos por más que cada año repitamos con vehemencia que lo vamos a hacer, me he visto obligado (¡oh, gran horror!) a afrontar mi retiro vacacional sin una mala tele que llevarme a la boca y ¡coño, que no ha estado tan mal! Y fijaos que me he perdido las dos últimas entregas de Corina, el desenlace de la Copa Confederaciones, las últimas entregas de Iker Jiménez o de Homeland, por poner sólo algunos ejemplos... ¡¡¡Pues oye, que de puta madre!!!
¿Que cómo un enfermizo adicto a la televisión como yo ha sido capaz de superar semejante giro de la pérfida diosa fortuna? Pues ahora os lo explico, aquí van mis 10 consejos para sobrevivir a 15 días sin televisión:

1. No caigas en lo fácil: Aléjate de los chiringuitos con televisión, si es posible ve allí donde no los haya, si vas a contar con una conexión a internet asegúrate de que no cuenta con una gran velocidad, es la mejor manera de no caer en la tentación de visitar las plataformas de 'televisión a la carta' de los canales generalistas, vete a un sitio en el ni siquiera la radio se coja bien, evita saber dónde se encuentra incluso el cuarto de la lavadora y así.



2. Léete un libro, o al menos llévate uno, cuando no puedas más te será de gran ayuda leer las aventuras de algún héroe de best-seller, los tórridos encuentros sexuales de alguna fresca heroína, los absurdos consejos de algún manual de auto-ayuda o cualquier otra cosa que se te ocurra. Mi consejo es que las lecturas sesudas las dejéis para otro momento que demasiado tiene uno, ¿no? La alternativa a esto sería correr tú aventuras similares a las del apuesto héroe, tener tú los tórridos encuentros sexuales de la fresca heroína o poner en práctica los absurdos consejos de, qué sé yo, 'Es fácil dejar de fumar si sabes cómo', por ejemplo, pero... en fin, no nos engañemos, eso no va a pasar que estamos de vacaciones.


3. Visita playas solitarias de ensueño (si te gusta más la montaña... bueno, no sé si tengo remedio para esa parafilia) a poder ser nudistas y, si eres muy tímido, mixtas que a la postre son la mejor opción. Pasea, toma el sol, báñate, disfruta con las olas, recréate con las vistas, visita cuevas si las hay, bucea, haz surf, sé feliz. Ya, es posible que tengas la desdicha de tener que ver a tus cuñados y a los amigos de tus cuñados en pelotas pero, bueno, podría ser peor, ¿no?


4. Acude al festival de música más cercano, un fin de semana de acampada en la playa no puede hacerte mal, es más, incluso puede que conozcas nuevas músicas, nuevas personas, nuevas drogas (no, no, no hace falta que las pruebes... ni las drogas tampoco). A mí me ha resultado muy útil el Fuertemúsica, los grupos eran una mierda (excepto Babylon Circus), dormí en el suelo en una tienda de campaña y el desayuno más cercano estaba a veinte minutos andando pero, ¡coño, mereció la pena!


5. Rodéate de hippies vegetarianos naturistas ecologistas nudistas consumidores compulsivos de ganja y sígueles la corriente, la diversión estará asegurada: Si no te pasan el peta (que son hippies pero no gilipollas), podrás admirar sus desengrasados cuerpos sin marcas o, lo que es aún mejor, podrás descojonarte de la risa con su escala de valores y sus absurdas ideas a cerca de un mundo más verde y sostenible (je, je, je, yo es que acordarme de su idea de sustituir el dinero por el trueque y es que me desorino).


6. Mézclate con los lugareños, aprende sus costumbres, come su comida, bebe su bebida, fuma de su tabaco, preocúpate por sus inquietudes, escucha sus quejas sin mostrarte condescendiente, detecta sus inconsistencias, conoce su realidad paralela y, cuando te metas en la cama por la noche, despóllate a su salud.


7. Practica sexo, aunque sea a solas, como sea pero practícalo, es el mejor ansiolítico que ha inventado la naturaleza. No es necesario que batas un récord personal, ni que cambies de pareja ni siquiera que la consigas pero hazlo, relaja un montón. Oye que si te encuentras de repente en improbabilísimo caso de estar dentro de una cama redonda, pues... tampoco vas a quedar mal, ¿no os parece? Eso sí, sea cual sea la alternativa elegida, NO pienses en las estrellas de la tele mientras lo haces, podría ser contraproducente.


8. Cambia tus horarios, sáltatelos todos, los de irte a la cama, los de levantarte, los del desayuno, la comida, la merienda o la cena, los del momento all bran. Fijaos en mí, durante el Fuertemúsica hice una comida-merienda-cena de rechupete a eso de las 7 de la tarde, las 8 en horario peninsular...


9. No llames a casa ni a la familia, no lo hagas, es más que probable que alguien se empeñe en comentarte la actualidad televisiva. Yo lo hice. Grave error. Nunca más. Me costó dos días recuperarme.


10. Y si con todo esto aún no eres capaz de haberte desconectado del todo de tus adicciones, en este caso de la tele, recurre a los mejores momentos de APM? en Youtube para quitarte el mono y "Pa'lante, ¿no?" 


Estos consejos son para teleadictos como yo pero, qué demonios, al fin y al cabo sirven para cualquier otra adicción malsana, ¿no os parece?

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